Existen cantidad de tipos de café que marcan la diferencia a la hora de degustar una deliciosa taza de esta bebida recién hecha: más intenso, aromático, ácido, suave… Está claro que la materia prima que vamos a emplear puede marcar una diferencia descomunal en el resultado y los más aficionados toman esto como una religión, pues no ceden a la hora de apostar por sus granos favoritos.
Sin embargo, ¿sabías que las tazas de café influyen en el sabor? Este dato no es tan conocido, pero lo cierto es que el envoltorio en el que se sirva esta delicia puede ser determinante para el paladar.
En esto va a influir la capacidad del recipiente, su forma, el material de fabricación y cantidad de aspectos más que pueden convertir un café excelente en todo un lujo para los sentidos. A continuación, desde Incapto te contamos todos los detalles para que puedas escoger la mejor taza para ti cada mañana.
¿Por qué el café necesita una taza específica?
El café se sirve en diferentes tipos de tazas, pero todas tienen una cualidad en común que está especialmente pensada para este tipo de bebida. Su fabricación se centra en prestar servicio para las bebidas calientes, por lo tanto, todas ellas tienen la propiedad de conservar el calor de manera eficiente mientras evitan que nuestras manos sufran por las temperaturas elevadas que hay en su interior.
De hecho, durante el auge de las bebidas servidas en cristal, cantidad de expertos cafeteros apostaron por emplear vasos pensados para otros líquidos (como el alcohol o el agua) para servir los cafés. Fue cuando se demostró que estos recipientes no estaban capacitados para ofrecer los mismos matices en esta bebida, y por eso existen cantidad de variedades de tazas de café en vidrio.
La cuestión no estaba en el material únicamente, sino en otros aspectos relevantes que afectan al sabor de este manjar por su forma o tamaño. Por eso, tomar café en tazas es fundamental, pero, ¿cuál escoger?
Los aspectos de una taza que influyen en el sabor del café
Las tazas de café no son simples recipientes que hacen más o menos bonito el envoltorio, pues sus cualidades pueden afectar de manera rotunda a la experiencia que tengamos cuando degustamos nuestra bebida favorita. Estos son los factores más relevantes.
El material de las tazas
Hay materiales muy diversos para fabricar tazas de café que van desde la porcelana hasta el plástico. A lo largo de la vida, lo habrás consumido de mil maneras. Precisamente esta materia prima es una de las claves para hacer la bebida perfecta, pues dependiendo de sus propiedades va a estar más capacitada para conservar la temperatura adecuada y dotarla de la estabilidad necesaria a lo largo de toda la experiencia.
El material que encontrarás en cantidad de modelos es la porcelana, uno de los más empleados para las tazas de café. Esto tiene su razón de ser, ya que es capaz de conservar los matices del aroma que desprende nuestra bebida durante más tiempo porque pierde su calor con lentitud.
Por otro lado, están las tazas de vidrio, tan utilizadas en los bares y restaurantes. La cualidad de estas tazas es más bien estética, por el hecho de que permiten ver todas las capas de color cuando se hacen preparados de café con nata, con leche o con espuma.
La forma de la taza
La forma de la taza no es tan responsable de la conservación del café como ocurre con el material de fabricación, sin embargo, tiene mucho que decir cuando se trata de la experiencia olfativa. El ángulo que tiene su inclinación y el espacio de la cabeza son determinantes a la hora de percibir el aroma en todo su esplendor.
Cuando el hueco de la cabeza de una taza tiene un tamaño considerable, somos capaces de percibir la fragancia de la bebida con una intensidad mucho mayor, captando todos los matices de su esencia. La inclinación, por su parte, va a guiar en su trayecto al aroma, para que nos llegue con mayor eficiencia.
Esto no hace a las tazas estrechas opciones menos atractivas para degustar determinados tipos de café. De hecho, variedad de estudios avalan que esto se debe escoger según el tipo de bebida que queramos degustar y el aspecto de ella que queramos potenciar con más entusiasmo.
El tamaño del recipiente
El tamaño del recipiente y el reparto de sus dimensiones van a ser claves para el sabor de la bebida y la percepción de sus matices aromáticos. También, según sea más grande o pequeño, tendrá una mayor cualidad para mantener la temperatura apropiada.
Cuando la zona de la superficie es más bien ancha y contamos con un tazón de gran tamaño, el café queda expuesto al desgaste del aire ambiental. Esto hace que la bebida se oxide con mayor rapidez y nos dará un regusto mucho más dulce en el paladar. Lo contrario ocurre cuando tenemos tazas pequeñas y estrechas, que pueden otorgar un resultado más ácido.
Una presentación perfecta
La estética de la taza del café también cumple un curioso papel en nuestra percepción de la bebida. Las personas acostumbramos a comer (y beber) mucho por los ojos, así que una buena presentación nos puede predisponer a degustar el café con mejores expectativas. Además, según la forma y los colores escogidos, se pueden resaltar aspectos visuales del café como su tonalidad o todos sus matices estéticos, por ejemplo, la espuma en las elaboraciones combinadas.