Desde su llegada a nuestro país en el año 2000, las cápsulas de café se han extendido ampliamente tanto a nivel comercial como en los hogares. A su favor han jugado la comodidad de las monodosis y el gran apoyo comercial que han recibido, pero sus contras, por mucho que algunas grandes empresas se hayan esforzado en hacer pasar desapercibidos, siguen ahí, cada vez más importantes conforme su consumo aumenta.
El más importante de ellos es el que hace referencia a la salud del consumidor: ¿son sanas las cápsulas de café? En Incapto descubrimos la verdad.
Descubre los peligros tras las cápsulas de café
Levantarse por la mañana y encender la cafetera de cápsulas es a estas alturas un ritual que muchos tienen ya más que interiorizado.
Las cápsulas de café, para bien o para mal, se han hecho un lugar muy sólido en el mercado, desplazando paulatinamente a opciones más clásicas como la cafetera italiana o las cafeteras express sin cápsula, habitualmente de precio más elevado.
Sin embargo, ¿hemos salido ganando con el cambio? ¿Cuál es el precio del formato del café en cápsulas? Estos son los peligros que las cápsulas de café comportan para la salud:
El problema del aluminio
El material con el que la mayoría de las cápsulas de café están fabricadas, el aluminio, ha dado lugar a controversia prácticamente desde la aparición de estas. El problema se debe a que, a estas alturas, se sabe que el aluminio no es un material inocuo.
La propia Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria relaciona el consumo excesivo de aluminio con problemas neurotóxicos y, aunque las cantidades a las que el consumo de cápsulas de café nos expone no son suficientes para ser una sustancia cancerígena, siempre es mejor evitar cualquier cantidad de este tipo de elementos.
En este sentido, desde Incapto queremos compartir contigo algunos estudios que han observado que la absorción de aluminio, potencialmente tóxico y neurotóxico para las células, plantea riesgos para la salud humana al influir en diversos procesos biológicos.
En estos estudios, se destaca que su acumulación en tejidos puede derivar en afectaciones a la salud, particularmente cuando se considera la exposición alimentaria a través de envases, especialmente aquellos utilizados para alimentos ácidos como el tomate o el escabeche.
Dada la acidez de ciertas variedades de café, existe la preocupación adicional sobre cómo estas propiedades podrían impactar la conservación del aluminio.
Por este motivo, se insta a los gobiernos a adoptar medidas legislativas y regulatorias para reducir los riesgos para la salud derivados de la exposición a iones metálicos liberados en los alimentos por contacto con materiales y artículos que contienen aluminio, siguiendo los principios y directrices establecidos en la Guía Técnica sobre Metales y Aleaciones utilizados en productos en contacto con alimentos.
Sin embargo, se aclara que estas recomendaciones no obstaculizan la implementación de medidas nacionales más rigurosas
Etiquetado incorrecto en cuanto a la cafeína
Se ha demostrado que la cantidad de cafeína que las cápsulas de café contienen no coincide con la indicada por la compañía en muchas ocasiones.
Esto, que puede parecer poco importante, es un factor de riesgo notable para personas sensibles a esta sustancia por diferentes condiciones de salud o patologías, que deben regular su consumo.
Es más, todos deberíamos controlar nuestro consumo de cafeína regularmente para no pasar de la dosis diaria recomendada de 400 mg (de media), que puede ser de la mitad en determinados casos.
José María Puya, dietista y divulgador alimentario, analiza en su blog un estudio con las diferencias entre la cantidad real de cafeína y la indicada en cápsulas Nespresso, dando lugar a importantes variaciones y a un etiquetado poco intuitivo en cuanto a la cantidad de cafeína en cada producto.
Con azúcar
Algunas cápsulas de café contienen más que un simple café puro molido. Hay productos que contienen azúcar añadido, que el consumidor no siempre detecta de forma clara y que le hacen exponerse, por tanto, a los numerosos riesgos que el abuso del azúcar, al que nos vemos constantemente bombardeados, supone.
Algunas cápsulas de productos que podrían hacer pensar que se trata simplemente de café contienen hasta dos terrones de azúcar, una cantidad que, con dos tomas al día, tiene un impacto considerable en el organismo a largo plazo. No es un caso que se aplique a la mayoría de cápsulas, pero sí un factor que tener en cuenta.
Desde Incapto te invitamos a que la próxima vez que vayas al supermercado te fijes en la cantidad de azúcares que contienen algunas de las cápsulas más vendidas del mercado. Verás que hay valores como 17,6% de azúcares en el caso de Dolce Gusto Cappucino, sobre todo provinientes de la leche en polvo que se utiliza para este tipo de bebida.
Peligro medioambiental
No es ningún secreto que este es el efecto perjudicial más importante del uso de cápsulas de café, y uno de tal impacto que no puede pasarse por alto. Es cierto que no se trata de algo que atente directamente contra la salud del consumidor, pero sí lo hace de forma muy grave contra la del planeta, y todos sabemos en qué situación nos deja eso a todos.
La cantidad de desechos que las cápsulas de café generan, desde su proceso de fabricación hasta que la cápsula va a la basura y lo que pasa con ella después, es tan grande que su alcance es difícil de imaginar en un primer momento.
Hay que tener en cuenta que una sola cápsula contiene en algunos casos tanto plástico o materiales como un paquete de café molido… y mientras que de uno van a salir más de 20 cafés, el otro es un envase de una única dosis. Supone multiplicar por hasta 25 los desechos producidos.
Para colmo, se trata de desechos no solo de plástico, que ya es muy problemático de por sí, sino también de aluminio, lo que hace de su reciclaje muy difícil. Además, la mayoría de consumidores se limitan a tirar las cápsulas usadas con el resto de la basura, en lugar de llevarlas a los puntos de recogida para su reciclaje.
Tanto es así que es conocida la posición al respecto de John Sylvan, el hombre que las inventó en 2002: ha reconocido en público arrepentirse de su creación debido al devastador impacto ecológico. El propio Sylvan no es dueño ya de la empresa y, aunque ha intentado hacer el diseño más sostenible, las grandes multinacionales no parecen tener interés en escucharle.
El café en grano, la mejor opción
Como ves, las cápsulas de café comportan varias desventajas en su uso. Entonces, ¿cuál es el tipo de café más recomendado para consumir? El café en grano, sin duda alguna.
Estamos ante una variedad de café que es más sana y más natural. Debemos tener en cuenta que del café en cápsulas no sabemos la fecha del tueste, el origen ni tampoco la calidad de los granos de café que se han empleado.
En cambio, el café en grano que encontrarás en Incapto es un café que cuenta con una fecha de tueste muy reciente y que, por tanto, tiene mayor calidad y, por supuesto, mejor sabor. Además, en todo momento podrás ver que nuestro café proviene de una región y una finca localizada.
Además, también es perfecto para reducir el impacto ecológico y apostar por la preservación del medioambiente.
Con un solo envase de café en grano de 500 gramos puedes llegar a hacer 70 tazas de café de tamaño normal. Es decir, tendrás café para 2 meses con 1 solo envase. Una opción mucho más sostenible, económica y, por supuesto, saludable.
El café en grano es, por lo tanto, la mejor opción para consumir café en tu día a día. Y en Incapto encontrarás las variedades de mayor calidad y con sabores más deliciosos para que disfrutes al máximo de este pequeño placer cotidiano.