Cómo fieles consumidores de una de las bebidas más populares en el mundo, es nuestro deber conocer más sobre ella. Pues, evidentemente nos referimos al café, el cual ha sido capaz de unir culturas y formar parte del ritual mañanero de muchos. El mismo que sigue evolucionando a medida que pasan los años, a través de preparaciones y postres.
Por si no lo sabías, el café nació en Etiopía y fue descubierto en el siglo XV gracias a un pastor de cabras. Gracias a su peculiar y delicioso sabor, se hizo popular en poco más de dos siglos, cuando ya era un producto muy consumido en países de Medio Oriente y Europa. Un viaje maravilloso que hizo del grano energético, un fenómeno no solo como producto, sino como el centro de reunión y conversación de muchos ciudadanos en distintas latitudes del mundo.
Sabemos que quieres conocer más sobre la intrigante historia del café, desde el momento en el que fue descubierto hasta la actualidad. Es por ello que, desde Incapto Coffee, te invitamos a seguir leyendo y descubrir cada uno de estos datos, gracias a la ayuda de nuestro panel de expertos.
Conoce la leyenda del café
Hemos querido sumergirnos un poco en la historia del café, donde además de revelar sus orígenes y cómo se extendió por África. Así como en el resto de países que forman parte del cinturón del café. Pues, por si no sabías esta deliciosa bebida no nació en Colombia como algunos lo piensan, pero si es uno de los grandes productores, por no decir el más famoso.
De acuerdo con la leyenda, un pastor llamado Kaldi (al menos eso dice la historia) acostumbraba a sacar sus cabras a pastar por las laderas de Kaffa, en Abisinia (Etiopía). Un día, sus animales se extraviaron pero después de una larga búsqueda pudo encontrarlos. El hombre notó que había algo raro con ellos, ya que se encontraban bastante imperativas y algo agitadas. Fue en ese momento que se preguntó si habría sido por los frutos rojos que estos consumieron. Duda que resolvió una vez que los probó y comprobó sus efectos energizantes, tras haberle quitado el sueño.
El pastor decidió compartir esto con sus allegados en el pueblo, provocando que se corriera la voz hasta llegar a los oídos de un imam de una mezquita cercana. El religioso, interesado por los frutos silvestres decide probarlos en infusión, donde efectivamente conoce sus propiedades de mantenerlo despierto toda la noche. Por lo que, se lo ofrece a sus discípulos para que no estuvieran somnolientos durante la oración nocturna.
Con el paso del tiempo, se fue propagando su consumo por todo el mundo, e incluso ya lo podemos conseguir en diferentes presentaciones.
¿Cómo se fue expandiendo?
Para quienes no lo sabían, el café es una de las bebidas más consumidas en el mundo junto al té y el agua. De hecho, ya es considerado como la segunda materia prima más comerciada después del petróleo.
A pesar de ser tan común actualmente, hubo un tiempo en el que el café, no formaba parte de la rutina mañanera de la humanidad. Pues, ni una taza era el impulso energético necesario para atravesar el día. En Estados Unidos, por ejemplo, el café estaba por detrás del té. La bebida tradicional británica era popular, hasta que la sociedad norteamericana empezó a rechazar la presencia de los ingleses y sus costumbres.
Como dato curioso, en la Boston Tea Party, se tiraron unas 46 toneladas de té al mar como acto de rechazo a los impuestos de la corona inglesa al comercio en Estados Unidos. Incluso para algunos en Norteamérica, preferir el té era algo antipatriótico, y entonces la negra bebida proveniente de la Península Árabe, fue tomando el lugar vacío de las tazas y las teteras.
¿Cuándo se convirtió tan popular?
En primer lugar, podemos decir que todo empezó en la Guerra Civil o la Guerra de Secesión en Estados Unidos. Seguro que te preguntarás ¿Qué tiene que ver esto con la bebida? Pues, resulta que consideraban al café como un recurso vital para los soldados, es por ello que el ejército lo compraba a toneladas.
Consideraban que consumir café daba un gran subidón de moral e ímpetu. Sin embargo, los civiles veían a la bebida como un producto que apenas se estaba posicionando como producto diario. Digamos que no era sencillo ni muy rápido de preparar como lo es actualmente.
Es por eso que, en esa época la publicidad se dirigía específicamente a cómo preparar un buen café sin salir de casa. Años más tarde, en 1901 un químico japonés llamado Satori Kato, descubrió la manera de hacer café instantáneo. Kato tenía las patentes pero el inventor George Washington, fue el primero en producirlo masivamente. Era una innovación que ahorraba mucho tiempo a la hora de prepararlo y que el resultado era prácticamente igual para todo el mundo.
Digamos que este fue otro factor que impulsó el consumo de café de forma exponencial. Ahí es cuando inicia la primera ola del café, donde lo importante no era el sabor sino el volumen y el chute de cafeína.
A lo largo de la Primera Guerra Mundial, su consumo se intensificó. De hecho, lo más popular en aquella época eran las cajas de cigarros y el café, siendo como el pan y el agua de cada día para los soldados.
Pasaron los años, y la civilización seguía sin aprender de sus errores, así que llegó la Segunda Guerra Mundial. ¿Pero cómo afectó esto al consumo del café? Por un lado, gran parte de los hombres de edad productiva se alistaron al ejército, que tal como lo hemos señalado, se consumía la bebida por toneladas y a cualquier hora del día. Y por otro lado, por muy triste que vaya a sonar (que es así) las guerras generan muchas necesidades que la industria se dispone a cubrir. A raíz de la situación, las mujeres dejaron a un lado sus deberes en el hogar, para ponerse a trabajar porque se requería mucha mano de obra.
Llegan los “coffee-breaks”
Con tantas personas trabajando, surge el concepto de los “coffee-breaks” que son esos conocidos descansos para tomar café. Siendo esta la causa de que las masas de trabajadoras empezaran a sindicalizarse. Así como las mejoras en las condiciones generales del trabajo.
Las pausas durante las horas laborales eran casi obligatorias, específicamente en la década de los 50, entre el 70% y 80% de los norteamericanos consumían café durante el trabajo.
¿Qué otro factor hizo al café la bebida más famosa?
Aunque no lo crean: la televisión y anuncios. Pues, a mediados de los años 60, en gran parte de los hogares norteamericanos tenían un televisor. Se podría decir que, de tanto verlo, se reafirmó el hábito de tomar una taza de café cada día. Incluso en esa época fue cuando apareció el popular Juan Valdez, el caficultor que iba en burro por los cafetales de Colombia.
Pero te tenemos una mala noticia, y es que Juan Valdés no existe, solo fue un “producto” americano destinado para la venta de café.
Seguimos repasando los primeros pasos del café, con la segunda y tercera ola. Para finales del siglo XX, ya no bastaba con tomar una taza diaria por la dosis de cafeína, pues, se había convertido en un producto valioso y algo lujoso. Los consumidores buscaban cosas distintas, como variedad de sabores, combinaciones de café, y es cuando aparece Starbucks, una de las principales cadenas. Donde sus cafés, que para decir verdad casi no sabían al propio grano empezaron a volverse populares.
Además de los nuevos sabores, el café salió de la mesa familiar y empezó a buscarse en los locales. Sorprendentemente, se repitió la historia de cómo empezó todo: Ir a compartir una buena taza en un establecimiento público, acogedor, estaba nuevamente de moda, algo que esta vez llegó para quedarse.
¿Cuándo se introduce la tercera ola?
Desde el 2002, se comenzó a usar el término de tercera ola de café. Siendo un movimiento, una reivindicación de los verdaderos amantes del café, no nos vale que nos digan que estamos tomando una selección de los mejores granos del mundo.
Ahora queremos conocer más y al mismo tiempo, valoramos un 100% el esfuerzo de los caficultores para conseguir granos de café sin defectos. Nos hemos dado cuenta de que todo el café no es negro y amargo. Sino que dependiendo de muchos factores como el país de origen, la zona, la finca, la altitud, el proceso de beneficiado, la curva de tueste, el método de preparación y la receta que se use hará variar muchísimo el sabor final de una taza. Se podría decir que en estos momentos, nos encontramos en esa parte de la historia.
No olvides, que el café ha ganado popularidad es por ser un producto sin contaminantes y sin encapsularse. Pues, como siempre lo decimos la mejor forma de consumirlo es recién molido, ya que de esa forma es que podremos disfrutar de cada una de sus propiedades y vivir una experiencia deliciosa y responsable.